lunes, 10 de marzo de 2008

Los paraísos fiscales: un peligro para la democracia

1 de marzo de 2008

Declaración de los Attacs de Europa publicada a raíz de manifestación de Liechtenstein y suscrita por Attac España.

Militantes de Attac Alemania, Attac Francia, Attac Austria y Attac Suiza se reunieron el sábado 1 de Marzo, para una jornada de acción internacional contra los paraísos fiscales en el Principado de Liechtenstein. Juntos han llamado a una acción decidida contra los paraísos fiscales dentro y fuera de la Unión Europea, así como a que se apliquen sanciones severas contra los países que se niegan a comprometerse en la lucha contra la evasión fiscal o a cooperar con ella .

En el mundo hay más de 50 países que se han especializado en la desgravación/ evasión parcial o total de los beneficios sobre el capital pertenecientes a ciudadan@s de otros países. Como consecuencia de ello hay más de 12 billones de dólares que se ocultan en paraísos fiscales. A raíz de la globalización de los mercados financieros, los paraísos fiscales se han convertido cada vez más en un grave peligro para la democracia. Esta es la razón por la que Attac exige que los políticos adoptan medidas para suprimirlos. Es necesario saber que los paraísos fiscales no están solamente en pequeños países como Suiza, Austria, Liechtenstein, Mónaco, Luxemburgo, Gibraltar , Andorra o en las Islas Caimán. Gracias a sus "ofertas especiales" en materia de fiscalidad, de las que se benefician los ricos de los países vecinos , estos paraísos "clásicos" se sitúan entre las naciones más ricas del mundo. Pero los centros financieros británicos, norteamericanos , alemanes o franceses no funcionan de forma muy diferente. Esta es la razón por la que nuestras críticas van dirigidas tanto a los Gobiernos de estos países como a los paraísos fiscales propiamente dichos.

La baja fiscalidad que se aplica en algunos países ha desencadenado una carrera loca a nivel global, para ver quien ofrece la menor carga fiscal para los beneficios del capital. Todo se ofrece a la baja: imposición sobre los intereses, sobre los dividendos y las ganancias realizadas sobre las transacciones, así como los impuestos sobre los beneficios de las empresas. El impuesto sobre los beneficios de las grandes sociedades europeas, que era por término medio del 44% en 1980, ha caído al 29% en 2007 (KPMG 2007). Los tramos superiores del impuesto sobre la renta tienden también a gravarse cada vez menos. Ningún país desarrollado escapa a esta espiral. En este tiempo de globalización financiera, los Estados nacionales no están ya en condiciones de fijar democráticamente la imposición de las rentas del capital. Deben plegarse a los dictados de los mercados financieros y de los paraísos fiscales.

Esta evolución tiene consecuencias dramáticas para la democracia. El capital se encuentra repartido de manera muy desigual entre la población y como consecuencia lo están también las rentas del capital. En Austria y Alemania el 10% de la población acapara más de dos tercios de la riqueza total mientras que , por el contrario, dos tercios de la población apenas tiene algún patrimonio , o incluso está endeudada. En Francia, el 10% los más ricos poseen un 46% de la riqueza, y a escala mundial el porcentaje llega a ser del 85%. Si no se imponen impuestos al capital, o si estos impuestos son insuficientes , faltará dinero para la financiación de los bienes, servicios e instituciones colectivas. La educación, el medio ambiente, la salud, los transportes públicos, las universidades, el cuidado a los ancianos, etc requieren de solidaridad a nivel nacional. Los paraísos fiscales impiden esta financiación solidaria y contribuyen incluso a la privatización de la protección social y a la liquidación del patrimonio nacional. Este dinero es necesario para proveer los ingresos públicos de los países en desarrollo, a los que los paraísos fiscales hacen perder cada año 50.000 millones de dólares. Por otra parte, los paraísos fiscales contribuyen y favorecen la corrupción, ofreciendo la posibilidad de poner a buen recaudo el dinero evadido.

En la medida en que son precisamente las grandes fortunas y las empresas multinacionales las que escapan a los impuestos, el resto de la sociedad apenas esta en condiciones de financiar a la colectividad, o incluso no podrá hacerlo . En consecuencia el peso de la fiscalidad cae sobre el resto de la población y esto es considerado como una injusticia, lo que se comprende . Desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789 los ciudadan@s han conquistado el derecho a distribuir por vía democrática la presión fiscal, y por lo tanto a establecer el grado de desigualdad tolerable en la sociedad. Este derecho democrático fundamental se ve amenazado actualmente por la globalización. Pero una sociedad incapaz de controlar la desigualdad y la falta de seguridad social se convierte en una sociedad poco segura e inestable. Esta forma de globalización está abocada así a la autodestrucción.

Attac no se resigna a ello . Exigimos otro tipo de globalización. Estamos convencidos de que la democracia y la redistribución social, en la fase actual de globalización, son posibles e incluso más necesarias que nunca. Es necesario suprimir los paraísos fiscales. He aquí pues nuestras reivindicaciones :
Un sistema financiero mundializado exige la transparencia, para permitir conservar una fiscalidad equitativa. Los Estados deben comunicarse, entre sí y de forma sistemática, la información sobre las rentas de capital y los movimientos con otros países. La Directiva europea sobre los tipos de interés debe extenderse a todas las rentas del capital y regímenes jurídicos, así como a otros Estados miembros. Sólo el intercambio sistemático de información a nivel internacional puede impedir el fraude fiscal masivo.

No basta, como proponen los Gobiernos austríaco, monegasco y de Liechtenstein, con ofrecer una simple asistencia administrativa en caso de fraude fiscal individual. Una "plaza financiera limpia" exige algo más que medidas contra el blanqueo de dinero y la volatilidad de los mercados. Exigimos que existan medidas efectivas, adoptadas en todos los Estados contra el fraude fiscal.
Un mercado común como el Espacio Económico Europeo exige además normas fiscales comunes. Si se quiere impedir que las multinacionales defrauden a Hacienda, es necesario fijar bases fiscales comunes para las empresas y porcentajes mínimos de imposición de las rentas del capital , por ejemplo del 30%, con el fin de acabar con la carrera nefasta entre países de quien ofrece la menor presión fiscal .

Los paraísos fiscales que se niegan a proporcionar una ayuda eficaz a otros países cuando éstos quieren gravar a sus propios nacionales hacen un uso abusivo de su soberanía en este sistema globalizado . Los países que quieran realmente combatir los paraísos fiscales deben hacer una "lista negra" de estos Estados, imponiendo criterios más estrictos que los actualmente establecidos por la OCDE. Y este dinero no debería suponer ventajas tales como el acceso libre a los mercados comerciales, financieros y de bienes mercantiles o a la libre circulación de personas como los acuerdos de Schengen.

El escándalo de fraude fiscal por la vía de fundaciones que se ha producido en Liechtenstein acaba de mostrar, una vez más, hasta qué punto es necesario el compromiso adquirido por Attac- internacional. Proseguiremos nuestro trabajo hasta la obtención de medidas nacionales e internacionales que impliquen el cierre de todos los paraísos fiscales. Hasta ahora estas medidas han estado bloqueadas sistemáticamente por aquellos que se han venido aprovechando del dumping fiscal internacional . Es lo que hace del compromiso de los ciudadan@s de nuestro movimiento una condición indispensable para la satisfacción de nuestras reivindicaciones .

No hay comentarios: